3 Peligros de la Hipnosis que tu Terapeuta Debería Contarte
Los peligros de la hipnosis (los reales, no los que nacen de los mitos urbanos) no están en el trance, sino en la desinformación que esparcen algunos “hipnotistas” que no manejan bien la herramienta y, a su vez, carecen de entrenamiento, conocimiento e información o tienen una idea tergiversada de los alcances de esta herramienta.
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ToggleSi estás pensando en probar la hipnosis, probablemente te hayas preguntado si es segura. Durante más de un siglo, la hipnosis ha oscilado entre ser vista como una técnica científica legítima y un truco de magia peligroso. Déjame decirte algo importante: organizaciones como la American Psychological Association (APA) reconocen la hipnosis como una técnica terapéutica válida.
La ciencia es clara: cuando trabajas con un profesional debidamente capacitado, la hipnosis es segura y efectiva (Elkins, Barabasz, Council & Spiegel, 2015). Pero aquí está el problema: como cualquier herramienta poderosa, si alguien la usa mal, puede hacerte daño.
En este artículo vas a descubrir cuáles son los verdaderos riesgos de la hipnosis, separando los mitos de las películas de lo que realmente dice la ciencia.
Los Riesgos que Debes Conocer
1. Puedes crear recuerdos falsos: El peligro más serio
Este es el riesgo más importante y el más estudiado científicamente. Déjame explicarte cómo funciona.
¿Por qué sucede esto?
Cuando estás en hipnosis, te vuelves más sugestionable. Si tu terapeuta te hace preguntas como “regresa al momento donde sufriste el abuso” o “busca el trauma que explica tu ansiedad”, tu mente puede construir narrativas que te parecen completamente reales, pero que nunca sucedieron (Loftus, 2005).
Imagina esto: tu cerebro es como un escritor creativo que completa los huecos de una historia. Durante la hipnosis, ese escritor trabaja a máxima velocidad, y si alguien le sugiere cómo debería ser la historia, puede crear capítulos enteros que nunca existieron.
Los investigadores Lynn, Rhue y Weekes (1990) descubrieron que personas muy sugestionables pueden desarrollar “pseudomemorias” extremadamente detalladas de eventos que jamás ocurrieron cuando se usan procedimientos hipnóticos inadecuados.
La hipnosis NO mejora la precisión de tu memoria. De hecho, puede hacer que confíes más en recuerdos que son incorrectos (Capafons & Mazzoni, 2004). ¿Por qué? Porque la hipnosis hace que imagines las cosas de forma muy vívida y reduce tu pensamiento crítico, permitiendo que “completes” huecos en tu memoria con contenido imaginado que después sientes como real.
El Mapa no es el Territorio
Aquí hay un concepto clave que necesitas entender: cada recuerdo que tienes, cada historia que te cuentas sobre tu pasado, es un mapa, no el territorio real. Es una representación subjetiva de tu experiencia, no la experiencia misma.
El filósofo Alfred Korzybski y la Programación Neurolingüística nos enseñan algo fundamental: confundir el mapa con el territorio es un error cognitivo básico. El problema ocurre cuando tu terapeuta —o tú mismo— olvidan que el mapa no es el territorio. Tu mente bajo hipnosis puede crear un mapa extremadamente vívido, cargado de emoción intensa, pero eso no significa que describa fielmente el territorio original de tu experiencia.
Esta confusión entre mapa y territorio puede llevarte a construir falsos recuerdos (Capafons & Mazzoni, 2004). La emoción te da certeza fenomenológica: “lo siento intensamente, por tanto debe ser verdad”. Pero aquí está el truco: tu certeza emocional no garantiza veracidad histórica. En hipnosis, que algo se sienta vívido no prueba que sea exacto, del mismo modo que un sueño puede ser intenso y detallado sin ser real.
Cuando estás en hipnosis, puedes experimentar recuerdos que se sienten completamente auténticos, con todos los detalles sensoriales y la carga emocional de una experiencia real. Pero recuerda: la intensidad con la que lo sientes no es evidencia de que sucedió así.
Lo que necesitas saber para protegerte:
Organizaciones como la British Psychological Society y la American Medical Association son claras: NUNCA debes usar la hipnosis como método principal para recuperar memorias que crees tener reprimidas, especialmente si hay asuntos legales involucrados (Lynn et al., 1990).
Si trabajas con memoria en hipnosis, tu terapeuta DEBE:
- Hacerte preguntas abiertas, no sugerirte qué deberías recordar
- Advertirte claramente que la memoria es falible y puede equivocarse
- Documentar todo el proceso detalladamente
- Buscar evidencia externa cuando sea posible
- No crear expectativas sobre lo que “deberías” recordar
2. Puedes desestabilizarte emocionalmente
La hipnosis te permite acceder a emociones muy intensas que normalmente mantienes bajo control. Si tu terapeuta no tiene experiencia suficiente y te lleva a explorar contenido traumático sin prepararte antes, puedes experimentar una crisis emocional severa.
¿Cuándo estás en riesgo?
- Cuando tu terapeuta usa técnicas de regresión en las primeras sesiones
- No establece contigo un “lugar seguro” mental antes de explorar
- No evalúa previamente si puedes manejar emociones intensas
- No explora tu trauma sin tener un plan para ayudarte a procesarlo
- Termina la sesión abruptamente sin ayudarte a cerrar bien la experiencia psicológica
¿Qué puedes sentir si esto sale mal?
Puedes experimentar ansiedad severa después de la sesión, flashbacks más intensos que antes, mayor disociación, insomnio, hipervigilancia o sentir que te estás desmoronando emocionalmente. En casos graves, puedes tener una crisis disociativa o empeorar síntomas que ya tenías.
Lo que necesitas saber para protegerte:
La hipnosis te permite acceder a emociones muy intensas que normalmente mantienes bajo control. Si tu terapeuta no tiene experiencia suficiente y te lleva a explorar contenido traumático sin prepararte antes, puedes experimentar una crisis emocional severa.
¿Cuándo estás en riesgo?
- Cuando tu terapeuta usa técnicas de regresión en las primeras sesiones
- No establece contigo un “lugar seguro” mental antes de explorar
- No evalúa previamente si puedes manejar emociones intensas
- No explora tu trauma sin tener un plan para ayudarte a procesarlo
- Termina la sesión abruptamente sin ayudarte a cerrar bien la experiencia psicológica
¿Qué puedes sentir si esto sale mal?
Puedes experimentar ansiedad severa después de la sesión, flashbacks más intensos que antes, mayor disociación, insomnio, hipervigilancia o sentir que te estás desmoronando emocionalmente. En casos graves, puedes tener una crisis disociativa o empeorar síntomas que ya tenías.
Tu terapeuta SIEMPRE debe:
- Evaluar exhaustivamente tu historial y tu capacidad para manejar emociones intensas
- Enseñarte técnicas de grounding y anclaje antes de exploraciones profundas
- Crear contigo señales de seguridad que puedas usar para detener el proceso cuando quieras
- Desarrollar contigo recursos internos (como un lugar seguro mental, una figura protectora)
- Trabajar con tu material traumático en dosis que puedas tolerar
- Asegurarse de que te estabilices e integres la experiencia antes de que termine cada sesión
- Hacer seguimiento entre sesiones si lo necesitas
Estas ideas invitan a la humildad, la aceptación de la incertidumbre, la imperfección y la responsabilidad personal. El beneficio no es la motivación inmediata, sino la solidez psicológica a largo plazo. Permiten que el individuo se mueva con efectividad, no con euforia.
3. Si tienes ciertos problemas mentales, la hipnosis puede empeorarlos
Aunque la hipnosis puede ayudarte con muchas cosas, si tienes ciertas condiciones, debes tener mucho cuidado o directamente evitarla.
Si tienes trastornos psicóticos:
Si padeces esquizofrenia, trastorno delirante o estás en una psicosis aguda, la hipnosis puede empeorar tu confusión entre lo real y lo imaginario, o aumentar tus alucinaciones o delirios (Cardeña et al., 2000).
Si tienes trastornos disociativos graves:
Si tienes trastorno de identidad disociativo o amnesia disociativa severa, puedes experimentar mayor fragmentación si tu terapeuta no sigue un protocolo especializado para trabajar con tus partes disociadas.
Si tienes trastorno límite de la personalidad descompensado:
La intensidad emocional que facilita la hipnosis puede desregularte aún más si tienes inestabilidad afectiva severa, especialmente si no has aprendido antes habilidades para regular tus emociones.
La regla de oro:
Si tienes cualquiera de estas condiciones, solo debes trabajar con especialistas que tengan formación avanzada en problemas mentales graves, y generalmente la hipnosis debe limitarse a objetivos muy específicos como controlar síntomas (por ejemplo, dolor, ansiedad aguda, problemas de sueño) en lugar de exploración emocional profunda.
En un proceso de transformación personal o terapia, ambas pueden y deben coexistir:
Fase de Activación (Empoderante): Primero se activa el sistema emocional y motivacional con ideas que rompen el miedo y la inercia (la chispa).
Fase de Sostenibilidad (Racional): Luego se reorganiza la estructura cognitiva con creencias que son más realistas y sostenibles a largo plazo (el motor bien ajustado).
Milton Erickson, el maestro de la hipnosis, lo entendía perfectamente: antes de ayudar a una persona a pensar distinto, hay que mover su experiencia emocional. Primero la emoción que impulsa, después la razón que dirige.
Conclusión: La Hipnosis como Herramienta, no como Magia
La hipnosis clínica es una de las intervenciones psicoterapéuticas más poderosas que tienes disponibles cuando la usas apropiadamente. Décadas de investigación confirman que funciona para dolor, ansiedad, trauma y múltiples condiciones médicas y psicológicas.
Sin embargo, precisamente porque es tan potente, necesitas un profesional que la respete, que esté rigurosamente formado y que la aplique éticamente. El peligro no está en el estado de trance, que es natural y cotidiano, sino en la improvisación, la falta de formación y la aplicación irresponsable por parte de quienes no tienen la preparación necesaria.
El mensaje fundamental: No le temas a la hipnosis, pero elige cuidadosamente al profesional que la aplica.
Una hipnosis bien ejecutada puede abrirte caminos de transformación profunda. Una hipnosis mal aplicada puede causarte daño significativo. La diferencia está completamente en las manos, la mente y la ética de tu terapeuta.
Referencias Bibliográficas
- Capafons, A., & Mazzoni, G. (2004). Hipnosis, sugestión y pseudomemorias. Papeles del Psicólogo, 25(88), 33-44.
- Cardeña, E., Maldonado, J., Van der Hart, O., & Spiegel, D. (2000). Hypnosis. In E. B. Foa, T. M. Keane, & M. J. Friedman (Eds.), Effective treatments for PTSD: Practice guidelines from the International Society for Traumatic Stress Studies (pp. 247-279). Guilford Press.
- Elkins, G. R., Barabasz, A. F., Council, J. R., & Spiegel, D. (2015). Advancing research and practice: The revised APA Division 30 definition of hypnosis. American Journal of Clinical Hypnosis, 57(4), 378-385. https://doi.org/10.1080/00029157.2015.1011465
- Heap, M., & Aravind, K. K. (2002). Hartland’s medical and dental hypnosis (4th ed.). Churchill Livingstone.
- Jensen, M. P., & Patterson, D. R. (2014). Hypnotic approaches for chronic pain management: Clinical implications of recent research findings. American Psychologist, 69(2), 167-177. https://doi.org/10.1037/a0035644
- Jiang, H., White, M. P., Greicius, M. D., Waelde, L. C., & Spiegel, D. (2017). Brain activity and functional connectivity associated with hypnosis. Cerebral Cortex, 27(8), 4083-4093. https://doi.org/10.1093/cercor/bhw220
- Loftus, E. F. (2005). Planting misinformation in the human mind: A 30-year investigation of the malleability of memory. Learning & Memory, 12(4), 361-366. https://doi.org/10.1101/lm.94705
- Lynn, S. J., Rhue, J. W., & Weekes, J. R. (1990). Hypnotic involuntariness: A social cognitive analysis. Psychological Review, 97(2), 169-184. https://doi.org/10.1037/0033-295X.97.2.169
- Orne, M. T. (1959). The nature of hypnosis: Artifact and essence. Journal of Abnormal and Social Psychology, 58(3), 277-299. https://doi.org/10.1037/h0046128
- Schoenberger, N. E., Kirsch, I., Gearan, P., Montgomery, G., & Pastyrnak, S. L. (1997). Hypnotic enhancement of a cognitive behavioral treatment for public speaking anxiety. Behavior Therapy, 28(1), 127-140. https://doi.org/10.1016/S0005-7894(97)80038-X