Nombre del autor:Gerardo García-Aragón

Licenciatura en Psicología. Diplomado en Terapia Cognitivo Conductual, avalado por el Instituto Latinoamericano de Estudios de Posgrado y el European Scientific Institute. Diplomado en Terapia Racional Emotiva Conductual, otorgado por el Instituto Multidisciplinario de Crecimiento Profesional. Diplomado en Terapia Racional Emotiva Conductual para abordar ansiedad, depresión y dolor emocional, otorgado por el Instituto de Capacitación en Estudios Especializados en Psicología. Certificación en Primeros Auxilios Psicológicos por la Universidad Autónoma de Barcelona. Terapia Breve Centrada en Soluciones en Emotional Health and Training Center, Lelek Licensed NLP Practitioner, avalado por la Society of NLP a nivel internacional. Licensed NLP Master Practitioner, avalado por la Society of NLP a nivel internacional. Licensed NLP Coach, avalado por la Society of NLP a nivel internacional Con más de 11 años de experiencia, practíco la Hipnosis Ericksoniana, la Hipnoterapia, la Terapia Cognitivo-Conductual y la Programación Neurolingüística, con las cuales, ayudo a las personas a resolver problemas emocionales derivados de sus estrategias de pensamiento. Mi formación está avalada por reconocidas instituciones nacionales e internacionales.

identificar creencias limitantes

¿Cómo identificar creencias limitantes?

¿Cómo identificar las creencias limitantes? Identificar creencias limitantes es el paso crucial entre un resultado a medias positivo, con resultados que dejan qué desear y al mismo tiempo son las respuesta a por qué, a pesar de tus esfuerzos y talentos, hay una voz interna que te susurra que no eres suficiente o por qué a menudo te sientes paralizado frente a una oportunidad, o te encuentras repitiendo patrones de comportamiento que te alejan de tus metas. La respuesta a estas preguntas suele residir en un conjunto de ideas arraigadas en tu mente, conocidas como creencias limitantes. Estas no son meras opiniones, sino verdaderas “reglas” inconscientes que dictan la forma en que percibimos el mundo y, lo más importante, a nosotros mismos. En este artículo, profundizaremos a tal grado que te sea fácil identificar creencias limitantes, diferenciándolas de conceptos similares pero distintos como los pensamientos automáticos y las creencias nucleares. Además, te proporcionaremos casos prácticos y técnicas específicas basadas en la ciencia para que puedas identificarlas con precisión y, finalmente, transformarlas. Pero primero lo primero… Creencias Limitantes, Pensamientos Automáticos y Creencias Nucleares Para poder trabajar de manera efectiva con estas ideas, es crucial entender su estructura y la relación entre ellas. Son tres niveles de cognición que operan de manera interconectada, influyendo en nuestra percepción de la realidad. 1. Pensamientos Automáticos: La Punta del Iceberg Son los pensamientos instantáneos, a menudo irracionales, que cruzan nuestra mente en respuesta a un estímulo. Surgen de forma espontánea y son la manifestación más visible de un sistema de creencias subyacente. Un ejemplo podría ser: “Me han invitado a hablar en una reunión importante, seguro que lo arruinaré.” No son reflexiones profundas, sino reacciones rápidas y superficiales. Identificar y cuestionar estos pensamientos es el primer paso para acceder a niveles más profundos. 2. Las Reglas de Juego Inconscientes: Creencias Limitantes Las creencias limitantes son las conclusiones generalizadas que hemos extraído de nuestras experiencias de vida, a menudo en la infancia o adolescencia. Son las “leyes” que nos hemos impuesto a nosotros mismos y al mundo. En el ejemplo anterior, el pensamiento automático (“lo arruinaré”) podría derivar de una creencia limitante como: “No soy lo suficientemente competente como para ser el centro de atención” o “Mis ideas no tienen valor”. Estas creencias, aunque no son la base fundamental de nuestra identidad, actúan como un potente filtro que distorsiona la realidad y limita nuestras acciones. 3. El Cimiento de tu Identidad: Creencias Nucleares (o Centrales) Estas son las ideas más profundas, rígidas y fundamentales que tenemos sobre nosotros mismos, los demás y el futuro. Son el núcleo del trabajo de identifcar creencias limitantes pues forman tu autoconcepto. Son la razón de ser de nuestras creencias limitantes y pensamientos automáticos. Si seguimos el ejemplo, la creencia limitante de “No soy lo suficientemente competente” podría provenir de una creencia nuclear aún más profunda, como: “Soy un fracaso” o “Soy indigno”. Estas creencias son las más difíciles de cambiar, pero su transformación tiene el poder de reestructurar por completo nuestra realidad. Técnicas para Identificar Creencias Limitantes La Terapia Cognitivo-Conductual (TCC), validada por décadas de investigación, ofrece herramientas precisas para desenterrar y desafiar estas cogniciones. A continuación, exploraremos algunas de las técnicas más efectivas. 1. El Registro de Pensamientos (Modelo de Aaron T. Beck) Es fundamental en la TCC y su objetivo es que el individuo se convierta en un observador de su propia mente. Al llevar un registro detallado, se pueden identificar patrones y la relación causal entre pensamientos, emociones y comportamientos. Situación: Describe de forma objetiva la situación que desencadenó el evento. Pensamiento Automático: Anota exactamente lo que pasó por tu mente. Emoción: Califica la intensidad de la emoción experimentada (ansiedad, tristeza, ira) en una escala del 0 al 100. Creencia Limitante Subyacente: Una vez identificados los patrones, pregúntate: “¿Qué conclusión estoy sacando de esta situación que se repite?” Ejemplo: Situación: Mi jefe me dio una retroalimentación constructiva sobre mi desempeño. Pensamiento Automático: “Me está criticando. No le gusta mi trabajo. Debería ser perfecto.” Emoción: Ansiedad (80%), Vergüenza (60%). Creencia Limitante: “Mi valor como persona depende de mi desempeño profesional perfecto.” 2. La Técnica de la Flecha Descendente (Socratic Questioning) Inspirada en el método socrático, ésta consiste en cuestionar de forma sistemática un pensamiento automático hasta llegar a la creencia nuclear. La clave es hacer preguntas abiertas y profundas, como “¿Qué significa eso sobre mí?” o “¿Cuál sería la peor consecuencia?”. Ejemplo Práctico: Pensamiento Automático: “La idea que presenté en la reunión no fue la mejor.” Pregunta: “¿Y qué significa eso?” Respuesta: “Que no soy creativo y la gente me verá como inútil.” Pregunta: “¿Y qué significa eso sobre ti como persona?” Respuesta: “Que no valgo para este trabajo, que soy un fraude.” Pregunta: “¿Y si fueras un fraude, qué significaría eso?” Respuesta: “Que soy fundamentalmente defectuoso e indigno.” Siguiendo estos pasos puedes excavar hasta la creencia nuclear de “Soy indigno”, la raíz de todos los demás pensamientos. 3. Identificar Creencias Limitantes basado en el Modelo de Niveles Lógicos de Robert Dilts El renombrado experto en Programación Neurolingüística (PNL), Robert Dilts, desarrolló el modelo de los Niveles Lógicos, una herramienta poderosa para entender cómo los diferentes niveles de nuestra experiencia (entorno, comportamiento, habilidades, creencias, identidad y espíritu) se influyen mutuamente. Este ejercicio, basado en su modelo, te ayudará a identificar creencias limitantes muy arraigadas: Define tu meta o desafío: Elige un área específica de tu vida en la que te sientas bloqueado (ej: lanzar un proyecto creativo, mejorar tu salud, ascender en tu carrera). Nivel 1: Entorno: ¿Qué elementos de tu entorno (personas, lugares, recursos) están relacionados con este desafío? Anota las circunstancias externas. Ejemplo: “No tengo el tiempo ni el dinero para dedicarme a mi proyecto.” Nivel 2: Comportamiento: ¿Qué acciones específicas estás llevando a cabo (o dejando de hacer) en relación con tu meta? ¿Cuáles son los comportamientos que te alejan de ella? Ejemplo: “Procrastino constantemente en las tareas clave. Evito hablar de mi proyecto con otros.” Nivel 3: Habilidades/Capacidades: ¿Qué habilidades o capacidades crees que

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Cambio de creencias, volúmen I

Cambio de creencias

Cambio de creencias Si decidiste leer este artículo es porque, seguramente, eres un apasionado del desarrollo humano, o bien, eres un facilitador de procesos de cambio (psicoterapeuta, coach, etc…) y sabes que el cambio de creencas es uno de los pilares en cualquier proceso terapéutico. También sabes que las creencias son esas ideas, muchas veces inconscientes, que moldean nuestra forma de interpretar el mundo, a nosotros mismos y a nuestras experiencias y suelen ser determinantes en nuestras relaciones interpersonales. Por eso, cuando estas creencias limitantes permanecen intactas, los cambios se vuelven superficiales o temporales. ¿Qué son las creencias y por qué importan? En cualquier proceso de cambio personal o terapia, uno de los elementos más poderosos y transformadores es el cambio de creencias. Las creencias son esas ideas, muchas veces inconscientes, que moldean nuestra forma de interpretar el mundo, a nosotros mismos y a nuestras experiencias. Por eso, cuando estas creencias limitantes permanecen intactas, los procesos de cambio se vuelven superficiales o temporales. Éstas funcionan como filtros mentales. Son las conclusiones que hemos adoptado a lo largo de la vida basadas en nuestras vivencias, educación y entorno. Por ejemplo, creencias como “no soy capaz”, “el mundo es peligroso” o “no merezco ser feliz” condicionan cómo actuamos, sentimos y tomamos decisiones. Cuando estas creencias son negativas o limitantes, pueden generar bloqueos emocionales, dificultades para alcanzar objetivos, problemas en las relaciones y patrones de comportamiento repetitivos que impiden el bienestar. El rol del cambio de creencias en la terapia La verdadera transformación comienza cuando logras identificar esas creencias que te limitan y trabajas en modificarlas. En terapia, ya sea a través de hipnosis, programación neurolingüística, terapia cognitivo-conductual o cualquier otro enfoque, el objetivo es que puedas reestructurar esas creencias desde un lugar de seguridad y autoconocimiento. Cambiar una creencia no significa simplemente pensar diferente, sino integrar una nueva verdad que permita actuar y sentir de manera distinta, más saludable y adaptativa. Y mientras estás leyendo y eres consciente de que llegaste a este punto tal vez te preguntas ¿cómo se facilita el cambio de creencias? es de la siguiente forma: Reconocimiento consciente: Identificar cuáles son las creencias que sostienen el problema. Cuestionamiento: Analizar si esas creencias tienen base real o son producto de interpretaciones erróneas. Experiencias nuevas: Generar vivencias emocionales que contradigan la creencia limitante. Reprogramación mental: Utilizar técnicas específicas para crear nuevas asociaciones y significados. El cambio de creencias en los procesos terapéuticos: fundamentos necesarios   Las creencias limitantes son esas ideas que actúan como anclas internas. Quizás ni las notas, pero condicionan lo que haces, lo que evitas, lo que crees que mereces. Creencias como “no soy suficiente”, “no puedo confiar en nadie”, o “si me muestro vulnerable, me van a rechazar”, no solo afectan cómo piensas: también alteran cómo sientes, cómo te relacionas, cómo tomas decisiones. Según Aaron Beck (1976), estas creencias están en la raíz de muchos problemas emocionales como la ansiedad, la depresión o la inseguridad crónica. Y Albert Bandura (1997) demostró que tu creencia en ti mismo —lo que él llamó autoeficacia— es uno de los factores que más influye en tu capacidad para actuar, aprender, lograr objetivos y recuperarte después de fallar. Por otro lado, considero fuertemente que sepas cuáles son -bajo mi perspectiva los cinco fundamentos que son necesarios que tomes en cuenta al iniciar el arduo y fascinante camino de cambiar tus creencias. Son los siguientes: 1. Tus creencias son nominalizaciones: no son verdades, son interpretaciones En PNL, se dice que las creencias son nominalizaciones (Bandler & Grinder, 1975). ¿Qué significa eso? Que lo que tú llamas “creencia” es, en realidad, una palabra que encierra un proceso mucho más complejo: vivencias, emociones, conclusiones, experiencias pasadas. Por ejemplo, cuando dices “soy un fracaso”, estás condensando una serie de eventos, sensaciones, interpretaciones. No es una verdad absoluta. Es una etiqueta mental. Y eso es una buena noticia. Porque si una creencia es una construcción, entonces puede ser deconstruida, cuestionada y cambiada. Según Aaron Beck (1976), estas creencias están en la raíz de muchos problemas emocionales como la ansiedad, la depresión o la inseguridad crónica. Y Albert Bandura (1997) demostró que tu creencia en ti mismo —lo que él llamó autoeficacia— es uno de los factores que más influye en tu capacidad para actuar, aprender, lograr objetivos y recuperarte después de fallar. 2. Creer no es solo pensar: es un proceso emocional y neurológico Creer no es simplemente repetir una idea. Es aceptar algo como verdadero, con todo tu cuerpo, tu emoción y tu memoria. Lindeman y Svedholm-Häkkinen (2016) explican que crees para darle sentido al mundo y reducir la incertidumbre. Y eso implica no solo el pensamiento, sino también las emociones, las sensaciones físicas, e incluso los vínculos que has tenido en tu historia. A nivel cerebral, cuando crees algo, se activan redes que involucran memoria emocional, recompensa y sentido del yo (Northoff & Bermpohl, 2004). Por eso cambiar una creencia no es tan simple como “pensar diferente”. Necesitas sentir diferente. Y para eso, muchas veces necesitas vivencias nuevas, acompañamiento y técnicas adecuadas. 3. Las creencias son una forma de identificarte con tu sistema En psicología, un sistema es un conjunto de elementos interrelacionados que funcionan como una unidad para mantener cierto equilibrio, adaptación y propósito. Estos elementos pueden ser pensamientos, emociones, conductas, creencias, valores, roles o dinámicas relacionales. El sistema no es algo externo o estático; es una organización viva, que se regula a sí misma y tiende a preservar su coherencia interna. ¿Qué caracteriza a un sistema en psicología? Interconexión: Cada parte del sistema influye en las otras. Un cambio en un elemento (por ejemplo, una creencia) puede alterar todo el sistema (por ejemplo, tus relaciones o tu estado emocional). Homeostasis: El sistema tiende a resistir el cambio y mantenerse estable, incluso si eso implica conservar dinámicas disfuncionales. Propósito y función: Todo elemento dentro del sistema cumple una función, aunque sea inconsciente o paradójica (por ejemplo, una creencia limitante puede protegerte del riesgo de fracasar). Identidad: El sistema forma parte de tu identidad:

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Diamante Ericksoniano

Diamante Ericksoniano, una joya oculta

Diamante Ericksoniano, una joya oculta El diamante ericksoniano, dentro del vasto universo de la Hipnosis Ericksoniana, es una herramienta que brilla con particular sutileza. Su poder no reside en lo que dice abiertamente, sino en lo que sugiere, lo que insinúa, lo que despierta en lo profundo de la mente inconsciente. Utilizado por Milton H. Erickson, psiquiatra y pionero de la hipnoterapia moderna, el Diamante Ericksoniano permite que una frase —aparentemente simple— desencadene procesos internos de transformación emocional, cognitiva y conductual. Y lo hace sin confrontación, sin imposición y sin resistencia consciente. ¿Qué es el Diamante Ericksoniano? El Diamante Ericksoniano es una estructura verbal diseñada para comunicar directamente con el inconsciente, utilizando ambigüedades cuidadosamente formuladas. La mente consciente, lógica y analítica, al no poder descifrar completamente la frase, se “rinde”. Y es ahí donde el inconsciente toma el control. Este patrón lingüístico tiene forma de “diamante” porque entrelaza cuatro vértices esenciales que multiplican los significados posibles de una misma frase. No es un rompecabezas, sino un espejo de posibilidades internas. La persona escucha una frase… pero interpreta algo que proviene desde sí misma. Ahí radica su fuerza. Las cuatro facetas del Diamante Ericksoniano Supongamos que tú ya te preparaste y aprendiste hipnosis y puedes ver que cada paso representa una fase clave en la estructura de la sesión, asegurando que la hipnosis sea efectiva y personalizada para el paciente. 1. Establecer un Proceso Aquí defines la manera en que vas a llevar a cabo la intervención.Tomas en cuenta la historia de tu paciente, su estado emocional y su receptividad a la hipnosis.Creas el rapport necesario y estableces el marco en el que ocurrirá el cambio.Es el momento de decidir qué estrategias hipnóticas utilizarás, como metáforas, sugestiones indirectas o disociación. 2. Tener una Meta Defines un objetivo terapéutico claro y específico.Tal como hacía Erickson, no impones metas rígidas, sino que permites que el inconsciente del paciente las descubra. La meta puede ser explícita o implícita, pero siempre debe estar orientada a la transformación y al aprendizaje. Tu objetivo es acompañar al paciente para que se mueva hacia la solución sin forzar el proceso. 3. Envolver Como Regalo Presentas el cambio de manera atractiva y natural para el paciente.Utilizas metáforas, historias y lenguaje hipnótico para que la experiencia sea significativa.Envuelves el mensaje de forma que el paciente lo perciba como algo valioso y positivo.Evitas confrontaciones directas y permites que el cambio surja de forma orgánica. 4. Cortar a la Medida Adaptas la intervención específicamente a la persona, asegurándote de que el mensaje hipnótico resuene con su mundo interno.Personalizas el enfoque según su historia de vida, creencias y manera de procesar la información.Ajustas la inducción, la metáfora o la técnica para que el paciente la haga suya y la internalice de forma efectiva.En esta fase final, el mensaje hipnótico queda listo para integrarse naturalmente en su experiencia cotidiana Ahora puedes notar que se llama diamante ericksoniano porque estos cuatro elementos no se usan de forma aislada, sino como un sistema interconectado.Tú sabes que un diamante brilla cuando todas sus caras están bien talladas y equilibradas.Así también, una intervención con hipnosis ericksoniana es más poderosa cuando se conectan todos los puntos. ¿Cómo se aplica en terapia? En mis sesiones de hipnosis ericksoniana, uso el Diamante como base estructural del diálogo. Cada palabra, cada pausa y cada silencio están diseñados para: Crear un estado interno receptivo Relajar las defensas conscientes Activar los recursos que ya existen en ti Permitir que el cambio ocurra desde tu propia sabiduría interna No es magia, pero se siente como si lo fuera.Porque no es el terapeuta quien transforma al paciente. Es el paciente quien se transforma al tener acceso a partes de sí que antes estaban bloqueadas.  

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¿Qué hace un hipnoterapeuta?

¿Qué hace un hipnoterapeuta?​

¿Qué hace un hipnoterapeuta? Si alguna vez te has preguntado qué hace un hipnoterapeuta, cómo se diferencia de un hipnotista de espectáculo o si necesitas ser psicólogo para ejercer la hipnosis ericksoniana, esta entrada es para ti. La figura del hipnoterapeuta está ganando relevancia en el ámbito del bienestar emocional y el desarrollo personal, pero aún hay muchas dudas sobre su rol, su formación y sus habilidades. Aquí te lo explico de forma clara y profesional. ¿Qué es un hipnoterapeuta? Un hipnoterapeuta es un profesional que utiliza la hipnosis con fines terapéuticos para facilitar cambios emocionales, conductuales o cognitivos en las personas. A diferencia del hipnotista de espectáculo, cuyo objetivo es entretener, el hipnoterapeuta aplica técnicas de hipnosis dentro de un marco terapéutico, ético y orientado al bienestar. El objetivo del hipnoterapeuta no es “controlar tu mente”, sino ayudarte a acceder a estados profundos de conciencia para activar tus propios recursos internos y resolver bloqueos, conflictos o patrones limitantes. ¿Qué habilidades tiene un hipnoterapeuta? Un hipnoterapeuta profesional debe contar con una serie de habilidades específicas, tanto técnicas como humanas: Dominio de técnicas de inducción hipnótica y profundización. Conocimiento del lenguaje hipnótico y uso de sugestiones terapéuticas (modelo Milton, metáforas, disociación, etc.). Habilidad para crear rapport profundo y generar un entorno de confianza. Capacidad para trabajar con herramientas de hipnosis ericksoniana, PNL y otras formas de terapia breve. Escucha activa, empatía y pensamiento estratégico orientado a soluciones. Comprensión de los procesos emocionales, psicológicos y del funcionamiento del inconsciente. Muchos hipnoterapeutas también se forman, especialmente, en psicología y psicoterapia, neurociencias o terapias complementarias, lo que amplía su capacidad de intervención. Un hipnoterapeuta no tiene por qué ser un psicólogo, aunque algunos psicólogos se especializan en hipnosis clínica como complemento a su formación. ¿Qué estudiar para ser hipnoterapeuta? Para ser hipnoterapeuta, se requiere una formación seria y especializada en hipnosis terapéutica. Estos son los pasos recomendados: Formarte en psicología, preferentemente. Estudiar algún modelo terapéutico como Terapia Cognitivo Conductual, Terapia Sistémica, Terapia Centrada en Soluciones, Terapia Racional Emotiva, Terapia Breve o PNL (Programación Neurolingüística), ya que complementa la hipnosis con técnicas de cambio rápido. Recibir supervisión y práctica supervisada con casos reales. 📌 Si estás interesado en formarte como hipnoterapeuta, asegúrate de que el programa que elijas tenga respaldo profesional, docentes con experiencia clínica y práctica guiada real. Diferencias entre hipnoterapeuta e hipnotista Es común que la gente confunda al hipnoterapeuta con el hipnotista. Sin embargo, son roles muy diferentes:   Hipnoterapeuta Tiene formación profesional en psicología, medicina o psicquiatría. Usa la hipnosis con un enfoque de mejora y crecimiento personal. Usa hipnosis  ericksoniana en conjuntos con diversos modelos terapéuticas en conjunto con otras herramientas usadas en procesos de cambio. Atañen el éxito de la intervención terapéutica a su capacidad de encontrar los patrones disfuncionales y el cambio o interrupción de los mismos. Hipnotista La mayoría carece de formación profesional. Usa la hipnosis con fines de entretenimiento. Atañen el éxito de la hipnosis a la rápidez de la inducción hipnótica y a la profundidad del trance. ¿Por qué elegir la terapia con hipnosis ericksoniana? La terapia con hipnosis ericksoniana, desarrollada por Milton H. Erickson, es una de las formas más respetadas de hipnoterapia. Se basa en el principio de que cada persona tiene los recursos necesarios para sanar, y que el terapeuta simplemente facilita el acceso a esos recursos. Se caracteriza por ser: Ser indirecta, flexible y adaptativa Centrada en el lenguaje natural, las metáforas y las historias Profundamente poderosa en cuanto a la generación de cambios en tu inconsciente. Utiliza las resistencias como oportunidades de transformación, poniéndolas a tu servicio. Facilita el acceso a tus recursos internos y estimula la creación de nuevos, potenciando así el logro de tus objetivos terapéuticos.  ¿Buscas un hipnoterapeuta profesional? Si estás atravesando un momento emocional difícil, deseas superar patrones limitantes o simplemente quieres vivir con mayor bienestar, la hipnoterapia puede ser el camino. Puedes agendar tus sesiones de terapia con  hipnosis ericksoniana , orientadas a: ✅ Superar ansiedad, miedo, culpa o frustración✅ Fortalecer tu autoestima✅ Reprogramar patrones mentales limitantes✅ Sanar heridas emocionales del pasado✅ Acceder a tus propios recursos internos de forma profunda y duradera   Ahora puedes ver que hace un hipnoterapeuta y que va mucho más allá de inducir un estado de trance: implica acompañar a las personas en un proceso profundo de transformación emocional, ayudándolas a reconectar con sus recursos internos, resignificar su historia y avanzar hacia una vida más plena.    Nos leemos en el siguiente post…

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